La fábrica Hirbawi produce Kufiyya, los pañuelos estampados convertidos en icónos en todo el Oriente Medio y es "la única y la última" que produce Kufiyya en Palestina, tal y como afirma el
gerente Abdul Hirbawi con orgullo. Otros países vecinos, donde la Kufiyya es también popular, como Jordania o Siria, producen sus propios -ligeramente diferentes- versiones. Hirbawi es la única
fábrica en Palestina produciendo la Kufiyya original y espera por la venta en la pequeña tienda de la fábrica próximamente.
Las instalaciones de la fábrica Hirbawi (Hebrón, Palestina) Hirbawi textil se encuentran en la ciudad de Hebrón, (conocido en árabe como Al-Khalil), la más grande de Cisjordania. Hebrón es
uno de los focos ardientes en el conflicto entre Palestina e Israel. En el centro de la ciudad se han asentado extremistas israelíes lo que lleva a la violencia casi diaria entre los colonos,
soldados israelíes y residentes palestinos. La fábrica es modesta y está escondida en una tranquila calle residencial.
En su interior, quince telares industriales (algunos ya no funcionan) ocupan la mitad del almacén iluminado por luces fluorescentes. Las máquinas están en constante movimiento, creando un rugido
insistente dentro del edificio. La fábrica posee ahora sólo la mitad de las máquinas como consecuencia de un constante declive de las ventas desde la década de 1990.
Yasser Hirbawi fundó este telar hace ya más de 50 años aunque actualmente son sus tres hijos y un amigo de la familia quienes están al cargo. Tras los carretes de hilo se podemos ver a Abid
Keraki (a la izquierda), viejo amigo de la familia Hirbawi, comprobando la producción junto uno de los herederos, Izzat Hirbawi.
El patrón en blanco y negro es sin duda el más tradicional entre los pañuelos Palestinos, y representa más del 70 por ciento de las ventas de la fábrica. A él se refiere con frecuencia como
la bandera palestina no oficial, y acarrea un profundo significado para todos aquellos que lo usan. Existen diversas teorías sobre el origen de este patrón de la Kufiyya. Entre muchas otras
historias, se dice que representa una red de pesca, una colmena, la unión de manos o las marcas limpias de suciedad y de sudor de la cara de un trabajador.
Yasser Hirbawi - fundador de la fábrica- se relaja con un cigarrillo en la pequeña tienda de la fábrica. Tras él cuelgan las muestra de Kufiyyas para su fabricación. Satisfecho afirma que la
Kufiyya es hoy más popular que nunca en Palestina. Durante la primera Intifada, muchos evitaron usarla por temor a las represarías. Aunque hoy por hoy, Kufiyya es usada como un símbolo de la
cultura y del patrimonio palestino. Y añade: "Es nuestro pasado, futuro ... Esto significa todo".
En 2011 fue el 50 aniversario de la fábrica Hirbawi. Yasser Hirbawi tenía 33 años cuando arrancó esta fábrica y poco después, teniendo como objetivo la continuidad en la saga familiar,
instruyó a sus hijos en manejo y control de la maquinaria.
El director de la fábrica -Abdulla Hirbawi- gesticula delante de la bandera palestina, mientras habla de las dificultades. Las ventas están cayendo debido a las importaciones más baratas,
aunque de calidad inferior, fabricadas en el extranjero, concluye Abdulla.
Aprender el entresijo de los telares es una tarea minuciosa. Cada proceso debe ser supervisado constantemente para asegurar que los productos terminados son aptos para la venta. Yasser
Hirbawi asegura que tardó nueve años en aprenderlo todo sobre cada una de las piezas que componen estas máquinas. Aquí, su hijo Izzat recorta cuidadosamente los hilos defectuosos de un
colorido pañuelo en curso.
En cooperación con Kufiya.org, Hirbawi desarrolla nuevos diseños de Kufiyya en colores modernos para convertir este producto en un complemento de moda de uso diario.
Aun teniendo al experto de su padre como maestro, los hermanos Hirbawi tardaron más de cinco años en dominar los complejos telares industriales.
Abid Keraki trabaja para aflojar hilo enredado, y poner el telar de nuevo en marcha. Los trabajos de reparación y mantenimiento corren a cargo de estos hombres que aseguran que sólo uno de
los seis nietos de Yasser será instruido en el manejo de la maquinaria. El resto tendrán la oportunidad de ir a la Universidad, alternativa prioritaria para ellos.
Durante la fabricación de una Kufiyya tradicional, Abid Keraki sostiene el hilo en la boca mientras reemplaza rápidamente un carrete. Los ocho telares operativos requieren una constante
atención.
Un vendedor ambulante de Belén ofrece pañuelos fabricados en el extranjero a un grupo de turistas. Los pañuelos importados a Cisjordania son normalmente de hilos sueltos de material más barato,
que puede costar hasta un cuarto del precio de un pañuelo original.
Kufiyya importada de baja calidad cuelga fuera de una tienda en Belén. Yasser Hirbawi confirma que aunque paradójicamente la popularidad de la Kufiyya aumenta, las ventas de la fábrica se reducen
de forma drástica, debido en gran medida a las importaciones baratas, principalmente de China.
Yasser Hirbawi reflexiona sobre el futuro de su fábrica fundada en 1961. Él describe el trabajo en estas instalaciones como una "continua batalla", donde él y su familia luchan por mantenerse
en el mercado y competir con los productores de Kufiyya baratas procedentes de todo el mundo y concluye: "Pero, ¿qué podemos hacer? Es nuestro trabajo y nuestra vida, y, con la voluntad de
Dios, nunca dejaremos de producir la Kufiyya original hecha en Palestina. "
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